Esta familia segoviana siempre ha vivido en el campo y, aunque entienden que la ciudad tiene sus ventajas, ese vínculo profundo con la naturaleza no se puede conseguir más que en el rural. Para ellos, la calidad de vida que se obtiene viviendo en el campo no tiene precio, y además no tiene por qué significar estar aislado. Por eso su emprendimiento está situado en un pueblo a las afueras de Segovia, lo suficientemente apartado para tener las ventajas del campo pero a la vez relativamente cerca de Madrid, la capital.